Unos hombres de blanco

En un sótano de un lugar a medio camino entre la prisión y un campo de trabajos forzados, entre la milicia y un campo de entrenamiento de mercenarios, entre el hospital psiquiátrico y un centro ilegal de reclusión, seis hombres sin nombre vestidos de ropas blancuzcas pasan su
hora de descanso. Llevan su vida cotidiana hecha de pequeñas cosas: juegan a las cartas, se enferman, se pelean, se curan, juegan al fútbol,
escuchan la radio, se preparan para partir. Todo ello en una ruptura casi total con el mundo exterior. En medio de ese lugar opresivo, viven una estadía casi concentracionaria que revela la precariedad de su intimidad y deja adivinar la profunda violencia del trabajo que ejercen y del lugar que los rodea.